Desde su apertura en la década de 1950, el aeropuerto de Zúrich se ha convertido en uno de los centros de aviación más importantes de Europa. Basado en el concepto del Estudio BIG de “Raumfachwerk”, el diseño celebra la experiencia del pasajero.
Ubicada junto al Airside Center y la Terminal 1 existentes, la nueva Terminal A del aeropuerto de Zúrich es definida por dos áreas principales: el eje central con compras, servicios aeroportuarios para pasajeros más una circulación vertical, y la terminal con las puertas, áreas de espera y enlaces fijos que conectan a los aviones.
“A medida que los aeropuertos crecen, evolucionan y cambian las pautas internacionales y los requisitos de seguridad, tienden a volverse cada vez más complejos: Frankensteins de elementos interconectados, parches y extensiones. Para la nueva Terminal del aeropuerto de Zúrich hemos intentado responder a ese desafío con la propuesta más simple posible: un marco de madera maciza que reúne diseño estructural, experiencia espacial, acabado arquitectónico y principio organizativo. La llamativa estructura está hecha de madera de origen local, y el largo cuerpo escultórico del techo fue completamente revestido con paneles solares que convierten la luz natural en una fuente de energía. Un diseño simple pero expresivo, arraigado en la tradición y comprometido con la innovación que incorpora los elementos culturales y naturales de la arquitectura suiza”, afimó el arquitecto Bjarke Ingels fundador y director creativo del Estudio BIG.
Para mejorar la experiencia de los pasajeros, los espacios dentro de la nueva Terminal utilizan la luz del día como un sistema de orientación natural. Una claraboya lineal, creada en el techo desplegable de la nave se ensancha hacia el eje central y se abre hacia el atrio donde se encuentran todos los pasajeros que salen, llegan y se transfieren. Al colocar la torre de control en su centro, la misma se experimenta desde el interior como un faro que crea una sensación de lugar más parecido a una plaza de la ciudad que a un aeropuerto.
Los pasajeros que arriban son guiados hacia el centro de la Terminal A. La misma se divide en siete pisos visualmente conectados a través del generoso atrio repleto de luz. Los flujos de pasajeros se canalizan a través del citado atrio que conecta todos los pisos a través de escaleras, escaleras mecánicas y ascensores, desde la sala de inmigración subterránea hasta todos los niveles de arribos y partidas.
Una paleta de materiales contemporáneos y minimalistas, la estructura, los pisos y los techos de la Terminal A se conciben con la madera como material principal. Como recurso local renovable esta elección permite una prefabricación eficiente durante el proceso de materialización, al tiempo de rendir homenaje a la tradición suiza de construcción en madera.
El principal sistema de carga del edificio se basa en columnas de madera en forma de V, lo que proporciona una función estructural y, al mismo tiempo, sirve como referencia tanto para los icónicos paisajes alpinos suizos como para la centenaria tradición de la construcción en madera y los techos inclinados. Los pasajeros que arriben serán recibidos por esta estructura distintivamente local que muestra una técnica de alta calidad, subrayando el compromiso del aeropuerto con la sostenibilidad.
El techo de la Terminal A se cubre con paneles fotovoltaicos, mientras el sombreado integrado reduce la ganancia de calor y los requisitos de mantenimiento de una combinación de sistemas de refrigeración y calefacción a base de agua y aire, mejorando así la demanda de energía del conjunto.