El fomento del uso de grava, arena y áridos es cada vez mayor en todo el mundo, y aumentará un 45% hacia el año 2060. Ello impulsará la industria de la construcción pesada, las canteras y los equipos de minería derivando en un notable desarrollo de la actividad con optimistas registros.
El consumo de grava y áridos para la construcción muestra prometedores horizontes a largo plazo en varios países. Un estudio publicado por la Universidad de Leiden, Países Bajos, señala que la demanda mundial de arena aumentará un 45% a mediados de 2060, lo que probablemente provocará una escasez de este material. Por eso se fomenta un mayor uso de alternativas como la grava, la escoria, los áridos, los residuos de demolición y el hormigón triturado mezclado con cemento.
En Brasil, el desempeño del sector de agregados ha mejorado progresivamente, después de alcanzar su mayor caída en diez años en 2017, cuando la demanda llegó a 497 millones de toneladas. En 2022, este mercado suministrará 640 millones de toneladas de áridos, de los cuales 374 millones serán de arena y 266 millones de grava.
Según Fernando Valverde, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Agregados para la Construcción (ANEPAC) de Brasil, las perspectivas para 2023 son de un crecimiento del 3%. “La industria de agregados en nuestro país cuenta con aproximadamente 3.100 empresas productoras de arena y grava. El año pasado, este sector cerró en 34.000 millones de reales”, afirma.
Por su parte, Daniel Debiazzi Neto, presidente del Sindicato de la Industria Minera de Piedra Triturada del Estado de São Paulo, añade que este mercado alcanzó un volumen de algo más de 63 millones de toneladas vendidas el año pasado. “Para 2023, la proyección es alcanzar 95 millones de toneladas de arena y 65 millones de toneladas de piedra triturada”, expresó.