Resulta preocupante escuchar que, aproximadamente, 62.000 personas murieron en 2022 en Europa debido a causas relacionadas con el calor, durante el verano más agobiante registrado en dicho continente.
La revista Nature Medicine, reveló recientemente, que entre el 30 de mayo y el 4 de septiembre del año 2022, murieron en Europa 61.672 personas por enfermedades relacionadas con el calor. Del informe se concluye que Italia fue el país más afectado, con unas 18.000 muertes, seguida de España, con algo más de 11.000, y Alemania, con unos 8.000 decesos. Del total de la población, el extremo calor padecido perjudicó de manera desproporcionada a las personas mayores y a las mujeres.
De las casi 62.000 muertes analizadas, la tasa de fallecimientos vinculada con el calor fue un 63% más alta entre las mujeres respecto de los hombres. La edad conformó otro factor decisivo, puesto que el número de muertes se incrementó, significativamente, en los mayores de 65 años.
Los investigadores analizaron los datos de temperatura y mortalidad entre los años 2015 y 2022 de 35 países europeos, representativos de una población total de 543 millones de personas, y los utilizaron para crear modelos epidemiológicos capaces de calcular las muertes relacionadas con el calor.
En comparativa, la muestra registra un leve descenso, si la contrastamos con las 70.000 muertes ocurridas durante el verano europeo del año 2003, conformando aquella ola, en base a las declaraciones de los científicos, un acontecimiento excepcionalmente particular, pero sin dudas, un verdadero llamado de atención acerca del cambio experimentado por el clima en nuestro planeta.
«El hecho de que más de 61.600 personas murieran en Europa a causa del estrés por calor, en el verano de 2022, a pesar de que, a diferencia de 2003, muchos países ya contaban con planes de prevención activos, sugiere que las estrategias de adaptación actualmente disponibles pueden seguir siendo insuficientes», afirmó a CNN Hicham Achebak, coautor del estudio e investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Aunque las cifras podrían haber sido peores sin los actuales planes de prevención del calor de la región, los investigadores advierten sobre el incremento de las marcas térmicas en todo el mundo, y que sin planes de adaptación eficaces, Europa podría enfrentarse a más de 68.000 muertes prematuras cada verano para 2030, y a más de 94.000 para la década del 2040.
«La aceleración del calentamiento observada en los últimos 10 años subraya la urgente necesidad de reevaluar y reforzar sustancialmente los planes de prevención», concluyó en sus declaraciones a la prensa Hicham Achebak.