Casa del Puente
La Casa del Puente representa una obra maestra de la arquitectura moderna en Argentina. Diseñada por el arquitecto Amancio Williams, destaca por su estructura innovadora, que combina funcionalidad, tecnología y una integración con el paisaje natural del Arroyo de las Chacras. El rasgo más distintivo de la Casa del Puente es su estructura tridimensional, concebida para trabajar como un conjunto armónico e integral. La casa se apoya sobre un arco curvo que no solo actúa como puente para salvar el arroyo, sino que también es un elemento estructural clave. Este arco sostiene y distribuye las cargas a través de tabiques verticales, conectados con la losa plana de la planta principal y las barandas-vigas perimetrales. La estructura tridimensional de la Casa del Puente es una de las primeras de su tipo en la historia de la arquitectura. La lámina curva trabaja conjuntamente con los demás elementos estructurales para desviar las cargas hacia las fundaciones, logrando un perfecto equilibrio entre estética y resistencia. A diferencia de las estructuras tradicionales compuestas por piezas yuxtapuestas, la Casa del Puente se concibe como una unidad indivisible que responde a las necesidades espaciales y funcionales del proyecto. El arco que cruza el arroyo es el corazón estructural de la obra. Este elemento cumple una doble función: por un lado, actúa como puente que une ambas orillas del terreno y, por otro, se convierte en una escalera interna que conecta los diferentes niveles de la casa. Sobre este arco se apoya la caja habitable, un prisma que alberga los espacios interiores el cual permanece rodeado por una ventana corrida encargada de brindar vistas panorámicas del entorno. La escalera, diseñada dentro del arco, varía en altura para adaptarse a los diferentes accesos de la vivienda, generando una transición fluida entre los espacios. Este diseño único refuerza la idea de continuidad espacial y la interacción constante entre la arquitectura y el paisaje. La Casa del Puente utiliza hormigón armado como material principal, cuidadosamente estudiado y ensayado en laboratorios para garantizar su resistencia y durabilidad. La superficie externa del hormigón fue tratada mediante un proceso de martelinado y aplicación de productos químicos para dejar a la vista su textura natural, resaltando la autenticidad del pétreo. El interior de la casa está construido principalmente en madera, con un sistema modular que permitió su prefabricación en taller. Cada pieza fue diseñada y montada previamente, y luego ensamblada en el sitio, lo cual facilitó la precisión en los detalles y la optimización de los tiempos de construcción. Esta obra conforma un referente de la experimentación estructural dentro del Movimiento Moderno, comparable con obras como la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright, la Casa Farnsworth de Mies van der Rohe y la Villa Savoye de Le Corbusier. Sin embargo, su aporte más significativo radica en la creación de una estructura verdaderamente tridimensional, donde cada componente trabaja en conjunto para lograr una obra integral y coherente.