Palau Sant Jordi
La obra fue construida en Barcelona, España, como parte del complejo olímpico para los Juegos del año 1992. La cubierta se construyó en el suelo y se elevó sobre bielas rotuladas, según el sistema Pantadome, aplicado principalmente para formas simples semiesféricas o bóvedas de cañón. Además del proyecto constructivo de las estructuras de hormigón que componen la mayor parte del complejo, incluidos los graderíos y tribunas, los cuales proporcionan la sustentación apropiada a la gran cubierta, la colaboración durante el diseño ejecutivo y el proceso de materialización de la misma, permitió aportar soluciones y adaptaciones específicas, las cuales mejoraron notablemente el diseño inicial. La gran cubierta del Sant Jordi pudo ser montada en pocas horas para admiración de los locales, pero en su proceso hubo multitud de ensayos y errores para determinar su silueta final que buscaba, desde un primer momento, armonizar con la montaña de Montjuïc. Se eligió un perfil que daba continuidad a la vez de mimetizarse entre las ondulantes colinas. La cúpula del Sant Jordi produce también un fuerte contraste con los pináculos de la Sagrada Familia y el Museo de Arte de Catalunya. Este tipo de estructura es adecuada tanto para pequeñas marquesinas ornamentales por su valor estético como para instalaciones de grandes luces por su capacidad resistente.