Corrosión de barras de acero

En su edición número 77, Revista IE, medio técnico de difusión de nuestra Asociación de Ingenieros Estructurales (AIE), presenta el artículo titulado «Corrosión de Barras de Acero al Carbono en Mortero Carbonatado Expuesto a Diferentes Condiciones Ambientales». El texto cuenta con autoría de Juan Carricondo, Enzo Gómez, Silvia Farina y Gustavo Duffó. Carricondo y Gómez son magísteres de la Comisión Nacional de Energía Atómica, mientras que Farina y Duffó desempeñan tareas en la Comisión Nacional de Energía Atómica, la Universidad Nacional de San Martín y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. El hormigón armado, un material compuesto ampliamente utilizado en ingeniería, resulta de la combinación efectiva del hormigón con el acero de refuerzo. Este material es esencial en la construcción de estructuras como puentes, carreteras y muelles. Aunque se cuentan numerosos ejemplos de estructuras de hormigón armado con un desempeño satisfactorio a lo largo del tiempo, es sabido que este material también puede deteriorarse debido a la degradación del propio hormigón o a la corrosión de las barras de refuerzo. La vida útil de las estructuras de hormigón armado que se deterioran por corrosión se divide en dos fases: la iniciación y la propagación de la corrosión. Durante la fase de iniciación, el acero de refuerzo no se degrada gracias a la formación de una capa pasiva superficial, la cual se genera debido al alto pH del hormigón (alrededor de 13). Esta etapa representa el período donde los agentes agresivos llegan a las armaduras y deterioran esta capa pasiva, ya sea de manera localizada o generalizada. Una vez que la capa pasiva es destruida, comienza la degradación del acero por corrosión. La fase de propagación abarca el tiempo en el que el acero se degrada progresivamente, hasta que el nivel de deterioro compromete la funcionalidad de la estructura. Durante la fase de iniciación, los agentes agresivos como el dióxido de carbono (CO₂) y los cloruros pueden despasivar las barras de refuerzo. En el caso de la carbonatación, la alcalinidad del hormigón puede neutralizarse por la acción del CO₂ que ingresa desde la atmósfera, reaccionando con el hidróxido de calcio y reduciendo el pH de la solución de poros a valores cercanos a 9, donde la capa pasiva del refuerzo ya no es estable. Por otro lado, los iones cloruros penetran en el hormigón desde el ambiente y, al alcanzar una concentración crítica sobre las barras de refuerzo, pueden eliminar la capa pasiva de manera localizada. La duración de la fase de iniciación depende de varios factores, tales como el espesor y la calidad del recubrimiento de hormigón, la concentración de agentes agresivos en el entorno, las condiciones atmosféricas (humedad y temperatura), y el umbral de concentración de cloruros o el nivel de pH necesario para que la capa pasiva se destruya. En la literatura científica se encuentran diversos estudios sobre la corrosión de las barras de refuerzo, los cuales han sido realizados tanto en estructuras reales como en muestras de laboratorio y soluciones de poros simuladas. En particular, la corrosión de las barras de acero inducida por la carbonatación en estructuras de hormigón ha sido un tema de investigación por más de 40 años. Es posible leer el artículo completo ingresando en:

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