Investigan residuos eólicos
En colaboración con la Universidad Tecnológica Nacional (Chubut), la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Centro (UNICEN) impulsa un proyecto innovador con impacto ambiental y social. Desde Olavarría hasta la Patagonia, este importante estudio avanza con viento a favor. Joaquín Arauz Legbazzi, becario de la Facultad de Ingeniería de Olavarría (FIO), forma parte de una iniciativa que busca dar una segunda vida a las gigantescas palas de los molinos de viento, reutilizándolas en la fabricación de hormigón. “Son enormes, miden entre 50 y 70 metros”, relata Legnazzi, recordando el impacto de ver de cerca las palas de aerogeneradores en el puerto de Puerto Madryn. No era un avistaje de ballenas, sino la llegada de estos colosos de fibra de vidrio y carbono con destino al parque eólico “La Flecha”, en Chubut. Ahí comprendió la magnitud del problema y, a la vez, de la solución que tantas veces había imaginado en el laboratorio de la FIO: reciclar esas aspas en desuso para incorporarlas al hormigón. Su investigación, con la que culminó su carrera de Ingeniería Civil, surgió a partir de una propuesta del Mag. Gustavo Menéndez, exdocente de la FIO y actual investigador en la UTN-Facultad Regional Chubut (FRCH). La Dra. Silvina Zito, especialista en materiales de construcción y en el reciclaje de residuos de obra, tomó la posta en Olavarría. Así se activó un trabajo conjunto entre el Grupo de Investigación de Energías, Materiales y Sustentabilidad (GEMyS) de la FRCH y el Laboratorio de Materiales de la FIO. La meta: reciclar materiales de parques eólicos y generar un impacto positivo en el ambiente y la sociedad. Durante seis meses, Joaquín Legnazzi desarrolló su investigación en los laboratorios de la FIO. “Tras estudiar bibliografía de España e Italia, analizamos cómo incorporar el material en el hormigón, ya sea triturado o en forma de fibras, buscando mejorar su resistencia y aportar tanto en lo ambiental como en lo técnico”, detalla el joven ingeniero. El estudio propone reemplazar el 1,5 % del volumen del hormigón con fibras recicladas de aspas, una innovación sin precedentes en Argentina que podría aplicarse en la construcción de pavimentos y reducir el impacto ambiental. A mediados de diciembre de 2024, Joaquín viajó a una planta de hormigón en Puerto Madryn para realizar ensayos en condiciones reales. Las aspas de los aerogeneradores tienen una vida útil de aproximadamente 25 años. Están compuestas por fibra de vidrio y/o carbono, resina y, en algunos casos, madera. En países como Estados Unidos, las fraccionan y entierran en grandes fosas, mientras que en otras regiones las reutilizan para construir garitas de autobuses o parques infantiles. Sin embargo, no existe una normativa global para su disposición final, y Europa recién ahora comienza a abordar el problema. En Argentina, la expansión de los parques eólicos avanza a paso firme, lo que plantea la necesidad de encontrar soluciones para la gestión de sus componentes en desuso. Para Joaquín, este trabajo ha sido un gran desafío. Aunque su futuro profesional probablemente se desarrolle fuera del ámbito académico, reconoce la relevancia de su investigación: “Sería el primer estudio de este tipo en Argentina. Finalmente, destaca un aspecto poco mencionado: “No todo es tan verde como parece. El volumen de las aspas es enorme y cuanto más se pueda resolver en el lugar donde se generan, mejor”. Fuente: Facultad de Ingeniería de Olavarría (FIO).