Torre impresa

El profesor Dr. Benjamin Dillenburger dirige el grupo de investigación “Digital Building Technologies” en Zurich. Su equipo le ha dado vida al proyecto de materialización de la White Tower, una estructura de hormigón totalmente impresa en 3D. El grupo de investigación Digital Building Technologies ha impulsado el futuro de la construcción a partir de la materialización de una torre impresa en 3D en la ciudad suiza de Mulegns. El hormigón desempeña un papel clave: es lo suficientemente líquido para lograr precisión en la impresión, se endurece rápidamente para alcanzar estabilidad dimensional y es lo suficientemente adhesivo para la formación de capas. La torre de 29 metros de altura es única en su tipo y marcó un récord mundial. El proceso de extrusión del hormigón permite un nuevo lenguaje de diseño. Las opciones son sumamente delicadas y se implementan magistralmente en esta torre, exhibiendo de manera impresionante cómo hoy en día se pueden aplicar desafiantes tecnologías de construcción. Mulegns es un pueblo tranquilo pero con carácter emplazado en la ruta Julier entre Savognin y St. Moritz. La mayoría de los visitantes ignoran esta ciudad de camino a Engadina. Eso cambiará con la Torre Blanca, no sólo por su forma y apariencia arquitectónica, sino también por su oferta cultural. La estructura cuenta con espacio para exposiciones e instalaciones de arte. En el último nivel se dispuso una sala de conciertos con 45 asientos para ofrecer una especial experiencia cultural. El edificio consta de casi 100 columnas responsables de sostener los pisos, y al mismo tiempo, funcionan como fachada gracias a su delicada ornamentación. La torre se ensancha hacia arriba en lugar de estrecharse. Junto con las aberturas de las ventanas, se constituye en una especie de faro o antorcha para el pueblo de Mulegns y para la combinación del tejido antiguo del pueblo con la tecnología de construcción más moderna. Imprimir un edificio completo no es comparable a imprimir un juguete para niños. El material y la arquitectura deben reaprenderse, explorarse y experimentarse. Esto también incluye el desarrollo de software de construcción que pueda implementar planos y cálculos complejos en el nuevo proceso de obra. El software y el esquema de extrusión del robot de construcción fueron desarrollados por el grupo de investigadores en colaboración con el Physical Chemistry of Building Materialism (PCBM). En términos generales, el robot aplica capa por capa de hormigón blando de 5 mm. El hormigón 3D debe mezclarse con suficiente líquido para fluir por la boquilla sin obstruirla. Luego debe ganar fuerza con relativa rapidez para que la capa mantenga su forma estable cuando se aplica. Cada capa debe permanecer lista para soportar la siguiente. No debe secarse demasiado, de lo contrario, la siguiente capa no podrá adherirse y quedará suelta. Por ello, las especificaciones para el hormigón 3D son sumamente exigentes. Diversos aditivos como agentes de fluidez, estabilizadores o reductores de contracción, garantizan las propiedades deseadas. Para una construcción de hormigón se utiliza un encofrado, normalmente de madera, donde se vierte la mezcla. En la impresión 3D, el encofrado se elimina desde el principio, ya que las capas de hormigón se colocan una encima de otra sin encofrado. Además, los elementos individuales se calculan para garantizar el máximo rendimiento con un mínimo de material. Los críticos se quejan de que el hormigón para impresión 3D utiliza más áridos respecto del hormigón convencional. Sin embargo, el ahorro en material de encofrado y hormigón es tan ventajoso que esas críticas se acallarán rápidamente. Fuente: https://www.swissbau.ch/de/c/ein-30-meter-betonturm-aus-dem-drucker.36627

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