Ingenieros en la Zona Cero
El documental Engineers at Ground Zero, dirigido por Kalim Armstrong, recupera una dimensión poco visibilizada de los atentados del 11 de septiembre de 2001: la participación esencial de los ingenieros estructurales en las tareas de emergencia y rescate.
Durante años, la memoria colectiva ha puesto el acento en la labor heroica de bomberos, policías y voluntarios que se enfrentaron al desastre inmediato. Sin embargo, en paralelo a esas acciones, otro grupo de profesionales asumió un rol decisivo, aunque silencioso: los ingenieros que, desde las primeras horas posteriores al colapso de las Torres Gemelas, se transformaron en los llamados “segundos respondedores”. Su aporte consistió en analizar en tiempo real la estabilidad de los edificios dañados, asegurar las estructuras adyacentes y diseñar estrategias que evitaran nuevas tragedias, como la posible inundación del metro de Nueva York debido a la cercanía del río Hudson.
La película propone un acercamiento singular a esos días caóticos, combinando entrevistas con protagonistas directos, testimonios de ingenieros y rescatistas, material de archivo fotográfico y audiovisual inédito, y reconstrucciones técnicas que permiten comprender de qué modo se desencadenaron los colapsos.
El resultado es un relato que combina emoción y rigor técnico, donde la narración avanza entre la tensión del recuerdo y el análisis crítico de lo ocurrido, mostrando tanto el compromiso humano como el conocimiento especializado que marcaron la diferencia. Entre las voces más destacadas aparece la ingeniera Vicki Arbitrio, quien como secretaria de la Structural Engineers Association of New York (SEAoNY) coordinó buena parte de la respuesta técnica. Sus descripciones revelan cómo se definían perímetros de seguridad, se ideaban sistemas de apuntalamiento de emergencia y se implementaban soluciones capaces de permitirle a los equipos de remoción trabajar sin provocar colapsos secundarios.
La producción, con fotografía de Jonathan Nastasi y un equipo encabezado por Justin Levy, Jaime Chew y Carlos Carneiro, tuvo su estreno en noviembre de 2024 en el Angelika Film Center de Nueva York, con el apoyo institucional de SEAoNY.
La revista TIME difundió fragmentos del film como anticipo, subrayando la importancia de dar voz a quienes, desde la discreción profesional, sostuvieron la seguridad de la ciudad cuando todo parecía perdido. El documental tiene una duración cercana a los 50 minutos y se proyecta como un ejercicio de memoria, pero también como un aporte a la cultura técnica y al reconocimiento de la ingeniería como disciplina clave en contextos de crisis.
La participación de los ingenieros en la Zona Cero fue masiva. Se calcula que más de cuatrocientos profesionales se ofrecieron como voluntarios entre septiembre de 2001 y mayo de 2002, conformando equipos que trabajaron sin descanso. Sus tareas abarcaron desde la evaluación de la integridad de edificios vecinos al World Trade Center hasta el diseño de soportes temporales que evitaron derrumbes en cadena.
También enfrentaron el desafío de controlar grietas y fisuras que podían abrir paso al agua, poniendo en riesgo la red subterránea de transporte, y se dedicaron a reconstruir técnicamente la secuencia de fallas estructurales para comprender qué había sucedido. Aquella labor, además de proteger a rescatistas y obreros, permitió recuperar información fundamental para el futuro de la disciplina, marcando un antes y un después en la forma de concebir la seguridad de las grandes estructuras.
Las consecuencias de esas experiencias no tardaron en llegar. A partir de lo aprendido en la Zona Cero, se introdujeron cambios normativos de gran alcance en todo el mundo. La ingeniería incorporó nuevos criterios vinculados con la evacuación, la redundancia estructural, la protección contra incendios y la planificación de emergencias, aspectos que hoy forman parte de la práctica habitual y de la enseñanza universitaria. Los ingenieros que trabajaron entre los escombros lograron transformar el dolor en conocimiento, y ese conocimiento en normas que salvan vidas.
Más de dos décadas después, el film funciona como homenaje y testimonio. En febrero de 2025, la Universidad de Columbia organizó una proyección acompañada por un conversatorio con James Feuerborn, uno de los ingenieros que estuvo en el lugar de los hechos y cuya experiencia forma parte del relato.
Estos espacios de memoria permiten reconocer no solo la valentía de los profesionales que arriesgaron su vida en el terreno, sino también la trascendencia de la ingeniería como herramienta social, capaz de proteger comunidades enteras en situaciones límite.
Ingenieros en la Zona Cero es, en definitiva, un recordatorio de que la técnica y la ciencia también tienen rostro humano, y que detrás de cada cálculo y cada decisión en momentos de incertidumbre, hay profesionales que ponen su conocimiento al servicio de la vida y de la reconstrucción de la esperanza.















